Mientras estamos en medio de la temporada de bodas, mi mente se ha ocupado de pensamientos profundos y extensas visiones sobre mi futuro día de bodas.
Mi pareja y yo no estamos ni cerca de atar el nudo (se lo digo para evitar que se asuste cuando lea estas líneas), pero como planificadora, tiendo a pensar en detalle sobre cualquier cosa y todo. Mi hipotética celebración de boda no es una excepción.
Después de pensar en qué tipo de comida me gustaría que me sirvieran durante la recepción, o si a finales de septiembre sería un buen momento para casarme, me di cuenta de que lo que imaginaba no parecía encajar con la etiqueta habitual de una boda.
La idea de una magnífica ceremonia, con docenas de pares de ojos mirando en mi dirección, trae incomodidad y ansiedad a mi mente. Las nupcias formales y planeadas ahora me parecen un poco teatrales y antinaturales.
¿Qué pasa cuando no te gusta ser el centro de atención? ¿Cómo puedes navegar un día así como un introvertido cuando tienes un estatus tan especial? ¿Cómo lidias con las expectativas que tú, tu pareja y tus invitados tienen?
Teniendo en cuenta estas cuestiones, he señalado lo que podría ser una fuente de preocupación y he tratado de encontrar soluciones y ajustes para ayudar:
La preparación
Planificar una boda significa tener que contactar con numerosos proveedores: un catering, un oficiante de bodas, un fotógrafo, un florista, un DJ…
Sé que todas estas interacciones pueden ser estresantes para algunos introvertidos, que tienen dificultades para hacer llamadas telefónicas y conocer a personas desconocidas.
Considere la posibilidad de pedirle ayuda a su pareja, amigos o familiares. Podrían delegar o asociarse para hacer frente a las tareas que no se sienten cómodas de realizar por sí mismos. Tener algo de apoyo cuando se planifica un evento tan grande es siempre una ventaja!
Otra forma de evitar tener que tratar con mucha gente a la vez podría ser contratar a un organizador de bodas, lo que significa tener un intermediario que se encargue de los intercambios con los vendedores.
La lista de invitados
Creo firmemente que con quién haces las cosas es más importante que lo que haces. Estar rodeado de personas que te apoyen, te quieran y te cuiden el día de tu boda debería ser la prioridad número uno cuando tú y tu pareja decidan la lista de invitados.
Una buena regla general es invitar sólo a las personas que se extrañarían si no estuvieran allí. Puede parecer duro, pero negativo, quejarse o criticar a la gente no participará en nuestra boda, incluso si son familiares.
Saber que las personas invitadas disfrutarán compartiendo ese evento especial con ustedes, incluso si el pastel de bodas no es de su agrado, reducirá el estrés innecesario tanto en la planificación como en el gran día.
Acortar la lista de invitados también significa que podrías sentirte más a gusto, celebrando con menos gente.
El lugar de celebración
Los lugares que elijas darán el tono de la ceremonia y la recepción. Una casa más acogedora puede satisfacer sus necesidades más que un hotel espacioso.
Sé que cuando se trata de planear eventos, especialmente con mucho tiempo de anticipación, me siento mejor cuando todo parece estar bajo control.
Como consecuencia, consideraría la elección de un lugar interior (tanto como me desmayo ante las fotografías de recepciones al aire libre iluminadas con cuerdas), sólo para tener mi tranquilidad y no tener que preocuparme por el clima el día de la boda.
Si eres propenso a pensar y obsesionarte con los peores escenarios, intenta elegir una solución que tenga menos imponderables.
La ropa de la boda
Los vestidos y trajes de boda son uno de los puntos centrales de una boda. Su gusto y el tema de la boda (si tiene uno) deben guiar sus decisiones.
Sé que la ropa que no se siente como yo, que restringe mis movimientos o que requiere un ajuste regular tendrá un impacto negativo en mi experiencia de boda, más aún cuando siento que todos los ojos están sobre mí.
Mi consejo sería que no te sientas presionada para conseguir un traje de novia que no deseas y que te sientas completamente cómoda con él, sólo porque sientas que debes cumplir con las expectativas de tus familiares o seguir las reglas que dictan qué tan blanco o de encaje debe ser un vestido de novia.
Las fotografías
Normalmente tiendo a evitar ser fotografiado a toda costa. Sin embargo, sé que haré un esfuerzo especial para salir de mi zona de confort para este día único.
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Mi consejo sería hablar de sus preocupaciones con su fotógrafo, y tal vez pedir más fotografías cándidas o de grupo.
Además, una sesión fotográfica de compromiso podría ser una buena manera de acostumbrarse a que le tomen una foto y también podría ser una oportunidad para conocer mejor a su fotógrafo, para que se sienta más relajado el día de su boda.
Ver las grandes fotografías que resultan de esta primera sesión también podría convertirse en un impulso extra para que posen con facilidad!
La ceremonia y la recepción
En cuanto a las ceremonias religiosas, laicas o no confesionales, suelen contar con la asistencia de un gran público.
No me imagino caminando por el pasillo, con todos los ojos puestos en mí. Si es el caso para usted también, le recomendaría invitar sólo a amigos cercanos y familiares a la primera parte del día, ampliando el número de participantes para la recepción y la velada.
También pueden imaginar un escenario diferente que les permita no sentirse demasiado expuestos, tal vez llegando con su pareja en lugar de estar solos, sentados entre los invitados durante la ceremonia para evitar enfrentarlos. No duden en modificar las reglas habituales para adaptarlas a sus necesidades. Esto también se aplica a sus elecciones cuando se trata del primer baile o de cómo elegir la organización de la fiesta de la noche.
Además, programar algún tiempo a solas con su cónyuge (incluso unos minutos) durante el día podría ayudarle a recargar las pilas.
Dicho esto, en mi opinión, lo más importante es comunicarse con su pareja. No estás solo en esto, y tu futuro cónyuge estará allí para escuchar tus preocupaciones y dudas sobre la planificación de la boda. Juntos, podrán proponer ideas y soluciones que se ajusten a sus personalidades y cumplan con sus expectativas, haciendo que se sientan cómodos y que la ceremonia sea fiel a ustedes mismos.
Si al final no puedes acomodar el día como deseabas, intenta recordar por qué tú y tu pareja decidieron casarse en primer lugar.
Pase lo que pase, concentrarse en celebrar el amor que comparten hará que este día sea más que agradable.