El tacto y la diplomacia son métodos que se utilizan para ayudar a una comunicación eficaz, especialmente durante la negociación y cuando se intenta ser persuasivo o asertivo.
El uso adecuado del tacto y la diplomacia puede conducir a una mejora de las relaciones con otras personas y es una forma de construir y desarrollar el respeto mutuo, que a su vez puede conducir a resultados más satisfactorios y a comunicaciones menos difíciles o estresantes.
El tacto y la diplomacia son habilidades que se centran en la comprensión de otras personas y en ser sensible a sus opiniones, creencias, ideas y sentimientos.
El uso efectivo de estas habilidades proviene de ser capaz de percibir con precisión lo que otra persona está sintiendo o pensando en un momento dado y luego responder de tal manera que se eviten los malos sentimientos o la incomodidad, mientras que al mismo tiempo se afirman o reflejan sus propias ideas y sentimientos de vuelta de una manera delicada y bien intencionada.
Todas las personas y todas las situaciones de comunicación son únicas. El desarrollo de habilidades efectivas de tacto y diplomacia requiere práctica y buen juicio. Estas habilidades no se limitan al uso en comunicaciones formales, como en el lugar de trabajo: el tacto y la diplomacia también son importantes a la hora de desarrollar y mantener las amistades, las relaciones románticas y las relaciones en la familia.
Esta página usa las palabras tacto y diplomacia indistintamente, en las relaciones interpersonales ambas palabras tienen en general el mismo significado. La mayoría de las definiciones de tacto se refieren a la diplomacia y viceversa.
Además de un nivel de sentido común, buen juicio y práctica en diversas situaciones, el uso eficaz del tacto y la diplomacia depende de algunas otras aptitudes clave, a saber:
La comprensión de cuál es el comportamiento más apropiado y en cualquier situación dada puede ser problemática; esto se debe a la naturaleza impredecible de la comunicación y de las relaciones humanas en general.
A veces, la acción más apropiada puede consistir en ocultar su opinión, o puede ser posible introducir una idea, o un resultado favorable, de manera que la otra persona pueda hacerse cargo de ella. En otras situaciones puede ser mejor adoptar una postura directa, declarando exactamente lo que se quiere y cómo se pretende conseguir.
Todos conocemos a personas que son capaces de salir de situaciones difíciles o que tienen más probabilidades de tener éxito en las negociaciones. Aunque se puede atribuir cierta suerte a incidentes aislados, el éxito a largo plazo se basa en una fuerte capacidad de comunicación, planificación, autocontrol, confianza e inteligencia emocional.
Las siguientes estrategias están diseñadas para ayudarle a pensar en cómo puede planificar y utilizar el tacto y la diplomacia de manera eficaz:
Cuando planificas una conversación potencialmente difícil, primero debes centrarte en saber lo que quieres conseguir: ¿cuál es tu resultado preferido?
Escríbalo y piense en sus razones. Intente dar un paso atrás de sus opiniones personales y piense en los hechos que rodean la situación.
Considere y escriba cuáles podrían ser las objeciones de los demás.
Piense cuidadosamente en sus respuestas a sus preocupaciones; demuestre que ha considerado sus opiniones o argumentos.
No entre en negociaciones de manera enojada o estresada.
Intente mantener la calma y la mente abierta. Averigüe los hechos, así como lo que es y lo que no es posible antes de reaccionar.
Cuando se comunique, escuche lo que la otra persona (o personas) tiene que decir.
Esté atento a la comunicación no verbal, como el lenguaje corporal, y a su tono de voz para ayudarle a comprender su mensaje. Retenga sus propias opiniones e ideas hasta que haya tenido la oportunidad de comprender el punto de vista de la otra persona, y luego planifique sus respuestas cuidadosamente para que encajen con la retroalimentación que está recibiendo.
Negocie.
Si lo que usted busca está en conflicto con las ideas de la otra persona, es posible que tenga que discutir cómo se pueden hacer sacrificios para proporcionar un mejor resultado para ambos a largo plazo. El sacrificio mutuo es usualmente visto más favorablemente que el sacrificio unilateral. Apunta a alcanzar un compromiso que resulte en una situación en la que todos ganen.
Refuerce su argumento ofreciendo escalas de tiempo de cuando prevé que se alcanzará el beneficio de sus propuestas.
Sea preciso al dar cifras y fechas. Favorezca la lógica y los hechos por encima de la opinión personal. Tenga algo escrito o dibujado de antemano, si ayuda.
Si es posible convertir las declaraciones en preguntas. En lugar de expresar directamente su opinión, convierta su declaración en una pregunta para que la otra persona piense.
Esto no sólo lleva a alguien a pensar en la misma línea que usted, sino que también deja espacio para la discusión de lo que le interesa y lo que potencialmente puede beneficiar a ambas partes. Esto es particularmente útil si no se está completamente seguro de lo que se puede lograr o de lo que se necesita exactamente para superar un problema. Esta estrategia a menudo permite una mayor exploración de las opciones, un enfoque más abierto que el simple hecho de exponer su opinión.
Si la conversación se calienta, intenta darte espacio para responder de manera que ayude en lugar de inflamar la situación.
Si puedes, atrévete en el momento en que tu reacción instintiva quiera tomar el control: toma un respiro y date tiempo. Dile a la otra persona que necesitas pensar en lo que acaba de decir, en lugar de sentirte obligado a responder inmediatamente.
Tome el control de la situación en lugar de perder el control y arriesgarse a decir o hacer algo de lo que pueda arrepentirse más adelante. Tomar el control de las situaciones sociales de manera que ambas partes se sientan cómodas con el resultado es una parte importante de mostrar tacto y diplomacia.
Mantén un ojo en el premio!
Tenga en cuenta su resultado preferido, trate de no distraerse, salirse por la tangente o empantanarse en detalles irrelevantes. Recuerde ser asertivo – ser diplomático y con tacto no significa ceder a la presión o renunciar a lo que se quiere.
Esfuércese siempre por lograr un resultado en el que todos salgan ganando, de esa manera aumentará sus posibilidades de negociar con éxito las situaciones problemáticas, mientras que todas las partes pueden sentirse más satisfechas con cualquier compromiso que se haga durante el proceso.
Para algunos, esto es más fácil que para otros. Como con cualquier conjunto de habilidades, el tacto y la diplomacia pueden aprenderse a través de la práctica y la experiencia de sopesar y equilibrar las posiciones de las diferentes personas.