El crimen que tu cerebro comete contra ti

En 1932, Frederic Bartlett trabajaba en la Universidad de Cambridge cuando llevó a cabo uno de los más famosos experimentos de psicología cognitiva de todos los tiempos.

Para este estudio de investigación, Bartlett recitó un cuento popular nativo americano llamado «La Guerra de los Fantasmas» a cada participante. Luego, Bartlett hizo un seguimiento con cada persona varias veces durante el año siguiente y les pidió que le contaran la historia.

Como era de esperar, la historia se acortó con el tiempo ya que los participantes olvidaron ciertos detalles.

Sin embargo, lo que no se esperaba era que cada persona adaptara la historia para que se ajustara a sus expectativas de un mundo «normal». Verán, cada participante era británico y esta historia de los nativos americanos tenía algunos detalles culturales que habrían parecido fuera de lugar en la sociedad británica.

Cada sujeto ajustó la historia para que tuviera más sentido en la visión británica del mundo. Los detalles confusos fueron lentamente alterados cada vez que la historia fue contada. Los participantes comenzaron a enfatizar las partes más racionales del cuento popular. El orden de los eventos se cambió para que tuviera más sentido.

La investigación de Bartlett fue el primer gran estudio que demostró cómo nuestras creencias sobre el mundo pueden cambiar activamente la forma en que recordamos e interpretamos la información.

¿Pero por qué los sujetos cambiaron la historia? ¿Y cómo puede esto ayudarte a dominar tus hábitos mentales y alcanzar tus objetivos?

El poder de los esquemas

En términos de psicología, los sujetos de Bartlett mostraban lo que se conoce como «esquema». Un esquema es un conjunto de ideas preconcebidas que su cerebro utiliza para percibir e interpretar nueva información.

Formamos esquemas basados en nuestras experiencias en la vida. Una vez formados, sin embargo, los esquemas tienden a permanecer sin cambios – incluso frente a información contradictoria.

En otras palabras, tu cerebro crea una versión «auto-piloto» de cómo piensa que el mundo debería funcionar, y a veces sigues usándola incluso cuando ya no es verdadera o útil. Por eso los sujetos de Bartlett cambiaron los detalles de la historia. La versión original no se ajustaba a la forma en que pensaban que el mundo debería funcionar, así que la ajustaron hasta que les pareció más razonable.

Esto es importante porque los esquemas no sólo afectan a los recuerdos que tienes sobre el mundo exterior, sino también a las cosas que crees sobre ti mismo.

Por ejemplo…

Imagine a esa niña después de que haya crecido. Es fácil ver cómo los esquemas y creencias que se formaron en un principio podrían continuar impactando sus acciones años después.

Desaprender lo que crees que es verdad

La idea de escribir este artículo surgió de un lector llamado Kim que me envió un correo electrónico y me dijo: «A veces llevamos viejas creencias, sin saberlo, que ya no nos sirven».

Los esquemas pueden ser así a veces. Tienes viejas creencias y experiencias que tienden a empujarte en una cierta dirección o a colorear tus pensamientos de cierta manera… pero ya no te sirven necesariamente.

Es bueno dar un paso atrás y pensar en tus creencias sobre la vida. Pregúntese, «¿Es esto cierto? ¿O me estoy limitando con estas creencias?»

Por ejemplo…

  • Ponerse saludable – ¿comer comida chatarra es realmente una forma de «darse un gusto» y «disfrutar de las cosas buenas de la vida»… o te estás contando una historia que no es realmente cierta?
  • Construir un negocio – ¿realmente necesitas esperar hasta que X suceda antes de empezar ese negocio secundario o de arranque? ¿O simplemente te estás contando una historia que te permite mantener lo que estás haciendo actualmente en lugar de perseguir lo que eres capaz de hacer?
  • Viajando por el mundo – ¿es verdad que «sólo los solteros sin hijos» pueden viajar a lo largo y ancho? ¿O es sólo una expectativa que queda de lo que típicamente has visto?

¿Qué viejas creencias sigues teniendo que ya no te sirven?

A veces tienes que desaprender las cosas que crees que son verdaderas. No tienes que ver el mundo de la misma manera que siempre lo has visto. Sólo porque fuera cierto en el pasado, no significa que sea cierto hoy. Y sólo porque hayas aprendido algo de una manera no significa que lo hayas aprendido de la mejor manera.

No dejes que las creencias de ayer dicten la historia que vives hoy.

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